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Analgésicos tecnológicos para los dolores de cabeza de tu operación

  • Creado: 06 ABR 2020

Imagínate que te da un dolor de cabeza muy fuerte de pronto, tomas un par de pastillas que te ayudan temporalmente, pero el dolor persiste. Acudes al médico, te hace algunas preguntas, te examina brevemente, y toma tus signos vitales. Decide que necesita hacerte algunos estudios, así que te envía análisis de sangre, tomografía y electrocardiograma. En cada punto, hay datos generados sobre tu salud general y específica. ¿Qué sucede con toda esta información que se recopila? ¿Se pueden monitorear todos estos datos para mejorar tu experiencia como paciente?

Dime qué te duele y te diré cómo operas

Así como nuestro cuerpo es sabio y sabe cuándo tiene que mandarnos señales si es que hay algún problema interno, lo mismo sucede con nuestras operaciones si somos capaces de ubicar los datos que ésta genera para indicarnos cuando algo no va bien. 

Si frecuentemente tenemos dolor de cabeza, podemos inferir que las pastillas solamente son una solución temporal, un alivio momentáneo que nos permitirá continuar con nuestras actividades mientras dura el efecto. Pero si pudiéramos estar monitoreando los signos vitales contínuamente, podríamos asociar la presión elevada con nuestro dolor de cabeza y entonces controlar la presión en lugar de calmar el dolor.

Nuestros procesos de operaciones y negocios también nos hablan. Solamente necesitamos escucharlos y podremos detectar si la línea de producción está por parar inesperadamente. Si solamente entra mantenimiento para solucionar el paro no programado en lugar de monitorear los “signos vitales” de los equipos, y asociar cambios en temperatura, presión, vibración, voltaje, etc., no vamos a poder prevenir un paro de línea y nos limitaremos a responder con mantenimientos correctivos, por ejemplo.

El papel de la tecnología para abatir tus dolores de cabeza

Nadie disputa el hecho de que vivimos un período en el que la tecnología experimenta una aceleración exponencial. Algo drástico está sucediendo. Los cálculos varían, pero para 2025 se prevé que el número total de sensores conectados a internet en el mundo oscile entre uno y diez billones1

El 90% de los datos almacenados en el mundo se generó en los últimos dos años2. El problema radica en que nuestra mente está adaptada para percibir cambios lineales. 

Esto genera una brecha entre el desarrollo de las empresas y el impacto potencial que la tecnología puede tener. La gente habla de «tecnologías disruptivas» o de «disrupción en los modelos de negocio», pero esto solo refleja la dificultad de la mente para visualizar el crecimiento exponencial. 

Estas expresiones hacen referencia a cambios que aquellos a quienes afectan no saben cómo abordar. Es entonces que los asesores “médicos” y sus equipos técnicos juegan un papel clave.

Hay que contar con la experiencia profesional y el equipo tecnológico para complementar un diagnóstico que nos lleve a solucionar cada problema.

Sin un termómetro no podríamos medir la temperatura corporal, sin un esfigmomanómetro no podríamos conocer la presión arterial, sin un tomógrafo… Bueno, es evidente también que, sin la experiencia de un asesor y un sistema adecuado de sensores, no podemos saber qué le duele a la operación y cómo solucionarlo.

Ahora bien, no todo es medir, también hay que procesar e interpretar los datos. En nuestra analogía, los estudios de laboratorio se recibirán ya procesados. A menos que tengas conocimientos de química sanguínea, los resultados se deberán presentar de forma que el médico o incluso el paciente los puedan interpretar.

Lo mismo con la data generada por los equipos y procesos de negocio. A menos que seas un experto, la información se deberá presentar de forma tal, que pueda ser interpretada por distintos perfiles dentro de la organización, y de preferencia sintetizada para que puedan tomar decisiones sobre los problemas específicos que enfrentan: en eso consiste el dashboard digital que requieren los tomadores de decisiones.

Para comenzar: autodiagnóstico tecnológico-operativo

Todos podemos coincidir en que, para solucionar un dolor, primero necesitamos diagnosticar el problema. Aquí, la interacción entre el médico y el paciente es de vital importancia. Estamos de acuerdo en que hasta hace poco no todos podíamos tener a un doctor de cabeza 24/7. Sin embargo, la tecnología ya está convierténdolo en una realidad: médicos que consultan, diagnostican y recetan por internet, cirujanos que operan a cientos de kilómetros de distancia, apps que monitorean nuestra salud y no nos sorprenda que con el avance exponencial de la tecnología, en un futuro cercano contaremos con órganos fabricados en impresoras 3D.

De igual forma, las empresas tienen ya la posibilidad de estar diagnosticando 24/7 en tiempo real y de forma remota la salud de sus procesos productivos y de negocio. Ya podemos al día de hoy recibir una alerta en tiempo real cuando un motor está a punto de fallar o cuando una prensa está en peligro de producir piezas defectuosas o cuando una máquina de inyección de plásticos está a punto de dar problemas en el proceso de moldeo. El asunto es que, aún más allá de anticiparnos a los problemas, con el uso de la tecnología podemos solucionar los problemas desde su causa raíz y evitar los “dolores de cabeza recurrentes”.

Referencias externas:

1 http://research.gigaom.com/report/a-near-term-outlook-forbig-data

2 http://www.sciencedaily.com/releases/2013/05/130522085217.htm


Colaboración de Octavio Pardo, Cognification and Data Analytics en H2O Works |