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Oportunidades en la post-pandemia

  • Creado: 09 JUN 2020

¿Qué nos depara el futuro al terminar la crisis del COVID en términos de tecnología? Seguramente nos encontraremos con muchas novedades, pero una de las más claras es la expansión asombrosa del internet de las cosas.

Por de pronto, dos de las áreas que se han visto más exigidas durante la pandemia son la salud y las cadenas de abastecimiento, y ambas han requerido de información precisa a lo largo de toda su operación. Por ese motivo, Juniper Research calcula que el internet de las cosas crecerá en 20% durante este año con respecto a 2019.

Si las predicciones de los expertos aciertan, pasaremos de 30 billones de dispositivos conectados en el 2020 a 500 billones en el 2030 (Statista, Universidad de Stanford): un incremento de casi 17 veces dentro de un mundo que ya tiene una conectividad alucinante. Tal multiplicación de los dispositivos de todo tipo conectados a la red, significa que una creciente cantidad de personas y organizaciones operarán con más y más datos a fin de tomar decisiones informadas, alcanzando una precisión inconmensurable respecto a cualquier época previa de la humanidad.

Por ello, y a fin de poder seguir siendo competitivas frente a las compañías más digitalizadas, el resto de las empresas deberán trabajar ágilmente a fin de contar con los sistemas adecuados para recoger, enviar y procesar datos a gran velocidad. Eso les permitirá conocer cómo operan sus líneas de manufactura o comercialización, dónde se encuentran sus vulnerabilidades y cómo resolverlas. Eso les llevará, además, a determinar sus áreas de oportunidad y, con ello, a rediseñar sus procesos o, incluso, sus modelos de negocio.

Como nos lo ha enseñado la pandemia, el primer paso es aprender a realizar el teletrabajo de manera eficaz, conducir eficientemente las juntas de trabajo a distancia y digitalizar todos las documentos y contratos. Pero eso no bastará. Las empresas están invitadas a aprovechar la posibilidad de conectar todo lo conectable, a fin de operar más productivamente, de manera distribuida y dándole visibilidad a sus procesos end-to-end.

La operación distribuida es un modo de crear operaciones eficientes y estables, por medio de nodos independientes pero intercomunicados, gracias a lo cual pueden soportar el colapso de cierta parte del sistema sin que se afecte a la totalidad.

El end-to-end es una visión integral de cada uno de los departamentos y de cada uno de los procesos de un sistema, en la que, en vista de los resultados conforme a ciertos objetivos de inversión y calidad, se consideran todos los procedimientos y su concatenación, uno a uno, desde el primero hasta que el producto o servicio está a disposición del cliente.

Si lo reflexionamos con cuidado, gracias a las exigencias que nos ha impuesto el COVID, es necesario que la tecnología de la información se democratice aún más: todas las personas, la familias, las escuelas, los hospitales, la agricultura, el transporte y no sólo los diversos tipos de empresas que llevaban algunas décadas moviéndose en esta dirección, han tenido que encontrar nuevas formas para superar desafíos y volverse resilientes, aprovechando la información para responder de manera más certera, ágil y colaborativa a los problemas.

Se ha hecho más evidente la conveniencia del big data, la necesidad de instalar sensores en más puntos de la operación y la utilidad de la inteligencia artificial para un sinfín de aplicaciones. Por el mismo motivo, se ha vuelto más claro que debemos establecer mecanismos de ciberseguridad más robustos, legislaciones que protejan con mayor cuidado nuestros datos personales y crear dinámicas que ayuden a las personas y las organizaciones a fin de salir fortalecidas de la crisis, preparándonos para aprovechar las oportunidades, las cuales –pese a todas las dificultades sanitarias, laborales y financieras que nos acechan– están emergiendo en el horizonte.

Una de estas previsiones consiste, justamente, en que las empresas que busquen recuperarse más rápidamente después de la interrupción, utilizarán de manera masiva los sensores digitales para ajustar sus estrategias, fortalecer su infraestructura, conectar remotamente tareas en las que ya no haya personas a cargo (como la atención médica a distancia), volverse más sensibles a las solicitudes del mercado, y mitigar los riesgos y ataques que puedan sufrir en todas las capas de su ecosistema tecnológico.


Aportación especial para H2OWorks de Arturo Ortega, fundador de Skills del Futuro |