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Your Highway to Optimization

Eficiencia y ahorro energético en función de la rentabilidad

  • Creado: 25 OCT 2019

Imagina que un vicepresidente de operaciones, quien supervisa 20 fábricas, pone en marcha un programa de eficiencia y ahorro energético en todas ellas: primero las “sensoriza” mediante las luminarias, con lo cual comienza a generar big data y, luego, establece procesos analíticos para optimizar su toma de decisiones. Ahora puede identificar fácilmente en cuáles instalaciones enfocarse el próximo año para obtener mayores progresos, cuáles son las mejoras de cada instalación que generarán más ganancias y activar una decena de programas que optimizarán los tiempos de ciclo en los procesos de producción, reducirán la cantidad de “scrap” y aumentarán la rentabilidad general del negocio.

¿Qué obtienen (realmente) las empresas que optimizan su recurso energético?

La rentabilidad no es otra cosa que la medida de la eficiencia con la que una empresa opera, de modo que entre mayores los beneficios de negocio obtenidos con la menor cantidad de recursos, mayor su rentabilidad. La maximización de los recursos es una prioridad para los altos directivos, que viven bajo la presión constante de tomar las decisiones más rentables.

Esta lógica es particularmente crítica para los recursos energéticos, pues una mala gestión de los mismos genera egresos sustanciales, fallas operativas y problemas de calidad que pueden escalar enormemente. Así que más allá de disminuir los recibos por servicios al final de mes, la implementación de estas medidas supone múltiples ventajas de la mayor relevancia, como son:

  • Reducción en costos de capital

    Las inversiones en eficiencia y ahorro energético son por mucho las más rentables, debido a los retornos rápidos y seguros que generan. No se trata sólo de optimizar el consumo lumínico, que equivale al 10% de la energía promedio utilizada por las empresas, sino de abatir el consumo por aire comprimido, refrigeración, acondicionamiento ambiental, equipos de cómputo y oficina, bombeo y, sobre todo, motores de proceso productivo, que en promedio constituyen el 46% de este consumo.

  • Responsabilidad ambiental y reputación

    Estas medidas implican disminuir además las emisiones de gases de efecto invernadero y demuestran una mayor atención por la preservación de la naturaleza, lo que se traduce en un modelo de negocio más sustentable y una menor exposición a la volatilidad de los precios de la energía. Las autoridades del sector calculan que las empresas mexicanas pueden reducir 10 a 15% sus emisiones, equivalentes a 9.1millones de toneladas de CO2 por año.

  • Reducción en costos de operación y mantenimiento

    El monitoreo y análisis del consumo energético permite la asignación de costos por cada equipo de producción y un mejor conocimiento de ellos, abriendo así la posibilidad de transformar los programas de mantenimiento correctivo y preventivo, a “predictivo”. Esto puede significar millones en ahorros, no sólo porque permite detectar fallas en etapas iniciales, sino porque las “inspecciones” se realizan con la maquinaria operando a toda velocidad y sin desmontarla, de modo que los paros correctamente programados minimizan tiempos muertos, no generan efectos negativos sobre la producción y garantizan la calidad de refacciones y reparaciones con los mejores costos de adquisición.

 ¿Por dónde comenzar?

En un momento en que los altos directivos pueden profundizar instantáneamente en sus datos de finanzas, ventas, relaciones con clientes, cadena de suministro y otras funciones, es crucial integrar al sistema los datos de manufactura. 

Es verdad que las personas de producción y finanzas a menudo hablan diferentes idiomas, por eso es vital encontrar el “eslabón perdido” entre los datos que se generan en tus operaciones con la rentabilidad del negocio.

Comencemos a nivel de sensor, máquina, línea, planta y planta múltiple. En efecto, las nuevas tecnologías y herramientas de inteligencia empresarial, como el internet industrial de las cosas (IIoT), la inteligencia artificial (IA) y el data analytics, permiten ver cómo pequeños cambios en la operación fluyen directamente al estado de pérdidas y ganancias.

Las soluciones que combinan sensores y software, monitorean parámetros físicos que afectan a la productividad (como temperatura, humedad, presión, calidad del aire, niveles de contaminación) e inciden en mejorar la seguridad de los trabajadores. Con una simple configuración de conexión, dichos datos pueden ser monitorizados automáticamente. Finalmente, recurriendo a plataformas en cloud, las decisiones tomadas en base a ellos aportan escalabilidad y alto rendimiento.

5 KPIs que harán la diferencia
Las empresas actuales están aprovechando las nuevas tecnologías para que sus decisiones financieras se basen en información operativa disponible en el momento preciso y altamente granular. De ahí que medir y segmentar cada recurso utilizado en tiempo real puede tener un gran impacto sobre la rentabilidad del negocio. 

Son mediciones que antes eran imposibles de obtener de modo confiable y que, cuando llegaban a las cabezas financieras, ya las unidades operativas relacionadas habían avanzado hasta el final de la cadena de suministro y las decisiones que podían tomarse eran obsoletas, se trata de indicadores tales como:

  1. Costo operativo por número de parte
  2. OEE y benchmark por líneas de producción similares y por planta
  3. Producción anual real (partes por año)
  4. Tiempo de ciclo por lote
  5. Reducción en la tasa de scrap

La vinculación entre manufactura y finanzas puede ser una realidad.
 



Colaboración de Octavio Pardo, Director de Desarrollo de Negocios de H2O Works