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¿Cómo se mide la competitividad de los países en la economía 4.0?

La Industria 4.0 hace referencia a tecnologías y conceptos de la organización de la cadena de valor en fábricas inteligentes que cuentan con sistemas ciberfísicos capaces de monitorear sus procesos, generar una copia virtual del mundo real (gemelo digital) y facilitar decisiones descentralizadas basadas en información masiva obtenida en tiempo real.

Varias de las tecnologías que se incorporan en la industria 4.0 llevan años siendo utilizadas de forma aislada; su integración es lo que le brinda el potencial para transformar la industria de manufactura con procesos productivos totalmente integrados, flexibles, automatizados y optimizados, incluyendo resultados significativos en el mejoramiento de la eficiencia operativa y el desarrollo organizacional.

El impacto de esta transformación tecnológica es tal, que está incidiendo extraordinariamente en todos los aspectos de la economía. Con ella, los datos se han convertido en el recurso privilegiado para la creación de valor, ya que su control es fundamental desde el punto de vista estratégico, a fin de transformarlos en inteligencia digital mediante analítica de datos, inteligencia artificial, cadenas de bloques (blockchain), internet de las cosas y computación en la nube. La capacidad de recopilar, almacenar y transformar datos aporta grandes ventajas competitivas, pero; ¿cómo se pueden cuantificar o dimensionar los beneficios que genera la adopción de este tipo de tecnologías en los países?

El Sistema de Iniciativas para el Futuro de la Producción del World Economic Forum (Leurent, Aurik, 2018) busca medir los beneficios de las futuras soluciones digitales en base a 4 ejes:

• Eficiencia: la tecnología como factor para abordar y resolver desafíos que antes eran insuperables.
• Enfoque humano: la tecnología para desbloquear el potencial humano al liberar la creatividad de nuevas maneras.
• Sostenibilidad: la tecnología como elemento para promover procesos de producción que minimizan el impacto ambiental negativo y promueven uno positivo.
• Inclusión: su capacidad para beneficiar todo tipo de trabajadores, empresas y países, no obstante encontrarse en diferentes etapas de desarrollo.

El estudio Readiness for the Future of Production Assessment 2018 (A.T. Kearney, World Economic Forum 2018) analiza qué tan bien posicionados se encuentran los países para dar forma y beneficiarse de la naturaleza cambiante de la producción en el futuro.

La evaluación se compone de dos componentes principales: estructura de producción (que es la línea de base actual de producción), e impulsores de producción (que se refiere a los habilitadores clave que permiten capitalizar los beneficios de la Cuarta Revolución Industrial y así superar los nuevos retos).

Marco del modelo de diagnóstico de preparación para la Cuarta Revolución Industrial

Derivado de este modelo, es posible medir los arquetipos de país en base al desempeño promedio para generar un modelo de 4 cuadrantes.

Competitividad de México en la economía digital

Si bien, de acuerdo al Índice de competitividad Global del World Económic Forum, México ocupa el lugar 59 de 144 en el pilar de innovación, lo que lo ubica como el cuarto país en América Latina en este rubro, el Readiness for the Future of Production Assessment 2018 califica a México como un país “legado”, lo que significa que tiene una estructura de producción grande y compleja, pero con facilitadores de producción desfavorables.

Consciente de ello, la Secretaría de Economía creó Prosoft, para impulsar la multiplicación de empresas de TI; este modelo funciona de manera conjunta con empresas que aportan recursos, generando así un punto de colaboración y experimentación compartida. También constituyó el Consejo Consultivo de Industria 4.0, conformado por empresas nacionales, empresas globales, academia, el CONACYT y la Oficina de la Presidencia, con el objetivo de trabajar en una agenda de acciones para superar los nuevos retos del cambio tecnológico. Otra iniciativa de orden público en materia de innovación y desarrollo con miras a transitar hacia la Industria 4.0 es la creación del Observatorio Mexicano de Innovación (OMI), para conocer hacia dónde se están dirigiendo los esfuerzos de innovación y cuáles están siendo los resultados a través del Índice Mexicano de Innovación (IMEXI). Como estrategia adicional para avanzar más en el ramo del desarrollo tecnológico, la Subsecretaría de Industria y Comercio ha aumentado paulatinamente el porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) al gasto en Innovación y Desarrollo. En 2004 se destinó 0.39% a Innovación y Desarrollo, para 2014 eran 0.56% y en 2018, se buscó conseguir el 1% de inversión del PIB. La meta ideal, de acuerdo a los analistas, es llegar al 2.5%.

Conviene, pues, indicar que los factores a impulsar para acelerar el desarrollo tecnológico en el sector manufacturero de México –aparte de la implementación de políticas públicas y estrategias fiscales y la creación de infraestructura de TI y telecomunicaciones compartida– es una responsabilidad por parte de las empresas, que implica multiplicar el capital humano especializado y generar, gestionar y concentrar el conocimiento, así como incrementar la disponibilidad de los directivos a la hora de invertir en tecnología (McKinsey Global Institute. Un futuro que funciona: Automatización, Empleo y Productividad, 2017).

¿Cómo puedes contribuir a darle liderazgo a nuestro país en este entorno?

Las autoridades han determinado tres sectores y las respectivas acciones para que éstos puedan generar proyectos de manufactura avanzada, a fin incrementar la competitividad de México en la economía digital:

• Sector maduro: incluye a las industrias metal mecánica, textil-vestido y cuero-calzado, madera y muebles, siderúrgico, alimentos y bebidas, y ahí el papel de la tecnología consiste en impulsar la productividad.
• Sector dinámico: incluye a las industrias automotriz y de autopartes, aeroespacial, electrónica y química, en este rubro la tecnología está llamada a incrementar la competitividad.
• Sector emergente: se refiere a la biotecnología, farmacéutica, tecnologías de la información, industrias creativas y equipo médico, donde la tecnología deberá atraer y fomentar nuevos emprendimientos.

¿Tú donde te ubicas?

No se trata sólo de invertir en la renovación de tu equipamiento y tecnologías de información para superar los nuevos retos, sino en el desarrollo de proveedores, clústeres regionales, innovación, logística y capital humano.

Autoevaluación (califica del 1 al 10):

Obtén tu promedio y considera qué tanto estás aportando a la competitividad de México en la economía digital.

Recursos como el Mapa de Ruta para la Industria 4.0, el Centro de Manufactura Inteligente, el Programa Piloto de Moldes y Troqueles y la Alianza México 4.0, están a disposición de tu empresa, aprovéchalos.

Colaboración de Javier Aguirre, Ingeniero de Aplicación en H2OWorks |